Mercedes-Benz parece tener muy claro que la nueva Clase S no tiene rival conocido. Tras el contundente éxito que está consiguiendo desde su lanzamiento, Mercedes-Benz pretende que la Clase S escale varios peldaños hasta tutear a firmas como Rolls-Royce o Bentley. Con la gama “convencional” ya presentada a bombo y platillo, sólo resta por conocer las variantes Maybach y Pullman, siendo ésta última la joya de la corona, aspirando a convertirse en la más seria alternativa a las ilustres firmas británicas.
¿Veremos repetirse el caso Maybach?
Tras el sonoro batacazo que sufrió Mercedes-Benz con la puesta en escena de Maybach como fabricante, el replanteamiento desde Daimler se ha centrado en llevar a un nivel superior el Mercedes Clase S. Bajo la denominación Maybach encontraremos el más exquisito acabado para la carrocería que todos conocemos. Cuatro plazas provistas de lo mejor en materiales, tecnologías y confort, pero todavía existirá un peldaño superior.
Pullman es la denominación que recibirá el más flamante de los Mercedes Clase S, aumentando su caché hasta el millón de dólares de acuerdo a las últimas informaciones reveladas por Bloomberg. Por semejante precio, el Mercedes Clase S Pullman pretende recobrar la esencia de aquellos tiempos donde Mercedes, al igual que otras marcas ya desaparecidas, se enfrentaban a Rolls-Royce para motorizar a mandatarios y personalidades de medio mundo.
Esta variante Pullman contará con seis puertas y un habitáculo más propio de una limusina que de una berlina de lujo. El habitáculo estará divido en dos para separar zona de pasajeros y conductor, empleando el sustancial aumento de batalla para confeccionar el mejor salón rodante que Mercedes sea capaz de imaginar.
¿El problema? Seguirá siendo un Mercedes Clase S con un precio multiplicado por diez y defendiendo una exclusividad que, siendo justos, no será equiparable a la que ofrece un Bentley Mulsanne o un