Pese a que el estadounidense siempre ha sido tradicionalmente un mercado de gasolina, a lo largo de los últimos años los diésel han ganado algo de terreno, al ser cada vez motores más avanzados y eficientes y al ir escalando los precios de la gasolina. Aún así, en pocos modelos las mecánicas de gasoil alcanzan volúmenes importantes. Si el otro día hablábamos de que Jeep tiene dudas de lanzar un Cherokee diésel en Esatdos Unidos, hoy es el caso de BMW, que no está satisfecha con las ventas de sus modelos diésel.
Ludwig Willisch, CEO de la división estadounidense de BMW ha dicho en declaraciones a Car & Driver que el BMW Serie 3 diésel, el 328d (nuestro 320d de 180CV) tiene unas ventas más o menos aceptables, pero que en el caso del 535d (nuestro 530d de 258CV) las ventas son algo decepcionantes. Según Willisch el problema es que las mecánicas de gasoil todavía no están consolidadas y que los precios del combustible tampoco favorecen en exceso la adquisición de vehículos diésel. En cambio, en la marca están satisfechos con las ventas de los SUV diésel.
Además de los citados Serie 3 y 5, el Serie 7 también tiene motor diésel. En la gama SUV sólo el X3 tras el restyling y el X5 tienen motorizaciones de gasóleo. En el X5 sí que están satisfechos con las ventas, mientras que el BMW X3 apunta maneras. El motivo parece ser que al ser coches más grandes, en los que la diferencia de consumos gasolina-diésel es mayor, estas segundas mecánicas tienen mejor acogida.
En la misma conversación, el presidente de la compañía ha añadido que las distintas carrocerías de BMW que están llegando al mercado, como el Serie 4 Gran Coupé o el X4, sirven para abrir nuevos nichos de mercado que atraen clientes