En las pasadas navidades, conocimos la noticia de la libealización del mercado de automóviles cubano. La noticia corrió como la pólvora en Internet, sobre todo al conocerse un poco más tarde los precios de muchos de los coches tenían. Por ejemplo un Peugeot 508 cuesta casi 200.000 euros. Es una tarifa absolutamente desorbitada, pero más aún cuando vemos que el salario medio en el país ronda los escasos 20 euros. Es decir, un trabajador medio tendría dedicar 833 años de su sueldo exclusivamente a pagar ese coche.
Evidentemente el alto precio de los vehículos hizo que el furor inicial de poder acceder a un coche nuevo, o usado relativamente nuevo se disipó con rapidez. Muestra de ello son las cifras de ventas acumuladas a lo largo de los seis primeros meses. Se han vendido en los 11 concesionarios propiedad del estado 50 coches y cuatro motocicletas a un precio total de 940.000 euros. Según el Gobierno de Cuba, el 75% de los ingresos obtenidos con la venta de vehículos se destinará a la mejora del transporte público.
Viendo que el precio medio por vehículo es de unos 17.000 euros, incluidas las motos, es de suponer que todos los coches vendidos eran de segunda mano.
Antes de la liberalización del mercado, era necesario solicitar una carta de autorización al Gobierno para poder comprar un vehículo nuevo o usado, generalmente antiguo coche de alquiler. Poco a poco el mercado del automóvil ha ido evolucionando en Cuba. Hasta 2011 no se permitía entre particulares la compra-venta de vehículos anteriores a 1959 (los que crean esa estampa que tanto gusta a los turistas) y a partir de 2011 se liberalizó por completo la compra venta entre particulares, en todo tipo de vehículos.
Fuente – Automotive News
Imágenes- +Time
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