Cuando Jeremy Clarkson abre la boca sube el pan. Una frase hecha que prácticamente podría formar parte de nuestro diccionario. Sin embargo, muchos de los líos en los que se mete son culpa de los medios más que de sus palabras, aunque ahora el problema venga de Top Gear. La grabación de uno de sus nuevos episodios ha causado controversia.
Se encontraban Clarkson y James May grabando una escena para un nuevo capítulo de su programa Top Gear, uno de esos piques estúpidos que tanto nos gustan a los mandos de dos Peugeot. May circula con un 407 mientras que Clarkson se monta en un 307 CC. No yo tampoco lo veo. Pero el problema radica en un accidente que simulan.
Un toque en el que uno acaba en la cuneta y el otro en un campo sembrado ha sido el detonante para que el Daily Mail ponga toda su carne en el asador. Resulta que en el mismo lugar de esa carretera de Charlbury, Oxfordshine, Reino Unido, falleció una joven en 2010. Ocurrió, además, cuando conducía un Peugeot 106.
Efectivamente, es lo que estás pensando. Los sentimentalismos y la sensibilidad de los alrededores del punto negro han empezado a cargar contra el programa y contra los protagonistas, asegurando que es una falta de respeto y sensibilidad haber recreado un accidente en el mismo lugar con coches de la misma marca. Una burla, vaya.
Sinceramente, no creo que la intención fuera esa. De hecho, probablemente ni los presentadores ni el propio guionista supiera de la desgracia. Un representante de Top Gear tampoco ha querido hacer declaraciones una vez le preguntaban, y es que tampoco hay nada que decir.
Estamos de acuerdo en que seguramente haya herido los sentimientos de los familiares y allegados, pero si nos ponemos así, tal vez, y desgraciadamente, quedarían muy pocos