Volkswagen acaba de confirmar que de cara a finales de 2016, la planta de Chattanooga, en Estados Unidos, recibirá un nuevo modelo en sus líneas de producción. Será un SUV de tamaño y medio (americano) y siete plazas completamente nuevo para el que el Grupo Volkswagen invertirá 643 millones de euros, 432 de los cuales irán destinados a acondicionar la factoría de Tennessee. Este nuevo crossover daría trabajo de forma directa a más de 2.000 personas.
El nuevo modelo estará basado en el prototipo Volkswagen CrossBlue (imágenes) que fue presentado en el Salón de Detroit de 2013 y será un modelo especialmente destinado al mercado norteamericano, pese a que ofrecerá mecánicas diésel, además de las tradicionales de gasolina. De esta forma, con un producto específico y de producción nacional, Volkswagen espera incrementar su presencia en Norteamérica de forma notoria, al cubrir también un hueco que ahora mismo la marca tiene al descubierto.
Se asentará sobre la plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen, con tal de hacerlo más ligero, fácil y económico de fabricar. Mide 4,99 metros de largo, 2 dos de ancho y 1,73 de altura, por lo que resulta ligeramente más grande que el Touareg, siendo de esperar que tanto el precio, como la calidad y la tecnología sea superior a la del modelo fabricado en Bratislava.
Lo más llamativo del prototipo del Volkswagen CrossBlue y que podría llegar a producción, es su motor híbrido. Utiliza un bloque 2.0 TDI de 190CV, englobado dentro de la familia clean diésel para cumplir las normativas norteamericanas. Este está conectado a dos motores eléctricos alimentados por baterías, uno en el eje delantero y otro en el trasero con 55 y 115CV respectivamente. Se trata de un híbrido enchufable que de forma combinada entre 305CV de potencia y brinda la posibilidad de circular hasta 120km/h en