Los Angeles, California, no destaca por ser una ciudad especialmente fría. En verano el calor azota, en algunos lugares más que otros, pero en esta ciudad americana debe de ser tan insoportable como para meterse a la piscina con el coche. La realidad de esta historia es bien distinta, y responde a la estupidez de conducir con chanclas.
Aún recuerdo un par de semanas atrás, en vacaciones, haberme negado a subir con un amigo a su coche por el simple hecho de conducir en chanclas. Más que una renuncia es una especie de castigo social, y es que cambiarse de calzado para conducir no cuesta nada. Aquello de “en verano hace calor y se me cuecen los pies” no funciona cuando llevamos un vehículo entre manos.
El protagonista de hoy, al parecer un hombre entrado ya en edad, cayó en el error de conducir en chanclas. No sabemos si salía o llegaba, pero si es así no llegó muy lejos. Según las autoridades el hombre atravesó la puerta del garaje y a muy baja velocidad acabó hundiéndose en su propia piscina.
if(typeof(jQuery)==»function»){(function($){$.fn.fitVids=function(){}})(jQuery)};jwplayer(‘jwplayer-1’).setup({«aspectratio»:null,»width»:790,»height»:410,»skin»:»beelden»,»primary»:»html5″,»logo»:{«file»:»http://www.actualidadmotor.com/graficos/mosca-final.png»,»hide»:false,»link»:»http://www.actualidadmotor.com»},»advertising»:{«client»:»googima»,»tag»:»http://pubads.g.doubleclick.net/gampad/ads?sz=640×480&iu=/8784/adspotmedia.actualidadmotor.com/video&ciu_szs&impl=s&gdfp_req=1&env=vp&output=xml_vast2&unviewed_position_start=1&url=[referrer_url]&description_url=[description_url]&correlator=[timestamp]»},»ga»:{},»sharing»:{},»image»:»http://i.ytimg.com/vi/i2bisDqHwkU/0.jpg»,»file»:»https://www.youtube.com/watch?v=i2bisDqHwkU»});
La razón estaba clara. Las chanclas se le habían quedado enganchadas y no le permitían usar los pedales. Afortunadamente casi podemos hablar de situación cómica aquello de no poder parar el coche a baja velocidad y caer en una piscina. El hombre no sufrió daños pues fue capaz de salir del coche por su propia cuenta antes de que se hundiera del todo. Lo preocupante es que en ese momento no había nadie allí y la historia podría haber tomado otro camino.
No es sino una lección para él y para el lector. Igual que las distracciones son un peligro al volante, conducir con un calzado absolutamente inadecuado también lo es. Desde aquí te pedimos que en verano, por mucho calor que haga,