El Ford B-Max no termina de encajar en el mercado europeo, y eso que hablamos de un modelo diseño por y para uno de los segmentos que mejores cifras arrojaron de 2012 a 2013. Durante los siete primeros meses de 2014, el Ford B-Max ha visto con sus ventas han caído nada menos que un 19,5%, obligando a Ford a reestructurar de nuevo la línea de producción de este modelo en la factoría que posee en Rumanía.
¿Por qué no funciona el Ford B-Max?
A grandes rasgos, la amplia oferta de alternativas, junto con un mercado volcado con los SUV, están enterrando al Ford B-Max
Ford por el momento no ha desvelado planes de cese de producción o acciones más contundentes, ciñéndose a reducir paulatinamente el ritmo de producción del Ford B-Max a base de paradas programadas. El próximo mes de Septiembre, Ford congelará la producción del B-Max durante 9 días, consiguiendo así no aumentar el stock disponible y adecuar el ritmo de producción con respecto a la demanda del mercado.
El Ford B-Max se caracteriza por brindar al segmento de los pequeños monovolumen, un inusual diseño de su carrocería con la ausencia de pilar central y puertas traseras correderas, diseño que no a todo el mundo gusta, ni convence. A nivel práctico, esta solución parece un todo ventajas para aprovechar al máximo el espacio, y conseguir no verse limitado por la estructura de la propia carrocería o el diseño de las puertas convencionales. Además, el trabajo realizado por Ford en cuanto a ingeniería, consiguió que la ausencia del pilar B no dinamitara su respuesta ante impactos, alcanzando las codiciadas 5 estrellas EuroNCAP.
Aún así, el Ford B-Max no ha cosechado el éxito esperado, teniendo que luchar contra una nutrida competencia que tampoco vive su mejor momento, y un importante giro de las exigencias de