Todos quieren ser los más rápidos en el Nordschleife. Por eso mismo, los tiempos en Nürburgring, el registro logrado en una vuelta rápida por un modelo concreto, se han convertido en una métrica tan importante como su aceleración de 0 a 100 km/h, el consumo o el número de estrellas EuroNCAP. Basta mirar atrás, a nuestra hemeroteca de Nürburgring, para comprobar que cada año son muchos los fabricantes que dedican todos sus esfuerzos a lograr su ansiada vuelta rápida y, aún más, para la puesta a punto definitiva de sus deportivos.
Generalmente, cuando nos referimos a los tiempos en Nürburgring lo hacemos a la vuelta rápida lograda, y demostrable, por un vehículo de calle, es decir, por un modelo de producción concreto y no prototipos o deportivos de carreras. Los más rápidos en el Nordschleife han logrado tiempos inferiores a los 7 minutos, como el Radical SR8 LM (6’48”) o, el más reciente del Porsche 918 Spyder (6’57”).
Los tiempos en Nürburgring, ¿de verdad son tan importantes?
Siempre ha habido debate en torno a Nürburgring. Hay que tener en cuenta que no existe un protocolo de pruebas concreto, como el de las homologaciones de consumos NEDC o la certificación de seguridad de EuroNCAP. Tampoco hay definidas una serie de pautas sobre las modificaciones permitidas en el vehículo, ni un jurado que certifique el cumplimiento de normas. Aunque se entiende que el coche debe ser estrictamente de serie y contar con neumáticos de calle, nadie es ajeno a la suspicacia de vaciar el vehículo, o de retocar ajustes del chasis y la electrónica.
Incluso, el mero hecho de que la mayoría de los deportivos modernos se pongan a punto en Nürburgring, debería ser más que suficiente para considerar que en cierta medida la vuelta rápida al Nordschleife es un dato curioso, un arma publicitario efectivo,