Esto pasa hasta en las mejores familias. Ese sería un buen titular para definir el cese de Michael Macht, el que hasta ahora era responsable de producción a nivel global, de grupo, en una etapa crucial y muy prometedora para el Grupo Volkswagen, la era de la plataforma modular MQB. Pero todo apunta a que los resultados no han sido los esperados, que Volkswagen ha encontrado más problemas de los que imaginaban en un principio para adaptarse a la introducción de la plataforma común y han optado por llegar a un acuerdo con Macht para ser sustituido por Thomas Ulbrich, que ostentará el cargo interino a la espera del nombramiento de un sucesor definitivo.
Pese a todo, Volkswagen vive su particular momento dulce. Con el ojo puesto en ciertos mercados con visos de rápido crecimiento, como el mercado chino, el Grupo Volkswagen ansía convertirse en el líder mundial por volumen de producción, superando con creces los 10 millones de coches al año. Hablamos de cifras muy superiores a las que encontró Macht cuando asumió su cargo hace ahora cuatro años.
Todo apunta a que la razón de su cese subyace en los problemas inesperados a los que ha debido enfrentarse Volkswagen en el último año para adaptar sus líneas de producción a la plataforma modular MQB.
Lo que no dice Volkswagen en su nota de prensa es la causa por la cual han cesado a Michael Macht, cuyo contrato vencía en octubre de 2015. Según Der Spiegel, Volkswagen había mostrado su preocupación por las dificultades que habían encontrado en el estreno de la maquinaria utilizada para ensamblar los nuevos modelos basados en la plataforma MQB. La precipitación de los acontecimientos y el nombramiento de un interino para suplir la ausencia de Macht evidencia que la cúpula directiva no estaba satisfecha con sus trabajos