Por mucho que nos gustase ver carreras al límite en circuito con coches tomando las curvas completamente de lado, el drifting no es efectivo. La trazada perfecta, mantener la buena tracción a la entrada y la salida de la curva y el aprovechar los recursos aerodinámicos del coche, es básico para ganar carreras, tanto en turismos como en monoplazas. Pero cuando la cosa se pone fea, empieza a llover y no llevas el neumático adecuado para estas condiciones, el espectáculo nos deja imágenes tan espectaculares como las que podemos ver en este vídeo de la V8 Supercars australiana.
Hablamos de máquinas de máquinas en torno a los 635 CV para apenas 1.400 kilogramos, piloto incluido.
Sobre estos bólidos y la competición, la V8 Supercars, os diremos que se trata de un campeonato que principalmente se disputa en Australia. En los últimos años, como en otros campeonatos, la reglamentación ha evolucionado para reducir los costes, facilitar el trabajo a las marcas que quieran disputar las carreras y a la vez mantener la espectacularidad y la atención de sus seguidores.
Con todos los cambios que se han realizado, los V8 Supercar son más ligeros, cuentan con llantas más grandes de 18” y son más seguros gracias a su luna de policarbonato, una columna de la dirección que tras el impacto se pliega en el vano del motor y una posición más segura para el depósito de combustible. Pero todos ellos siguen conservando un motor de ocho cilindros y 5.0 litros, sobre los 635 CV y 1.400 kilogramos, piloto incluido, y una velocidad punta rozando los 300 km/h.
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