Un Ferrari F40 no es un coche para irse de camping. Es más, se nos ocurren pocos coches menos prácticos para irte de camping. El propietario de un Ferrari F40 pensó que nada la impediría salir de camping con un clásico tan exclusivo que muchos, entre los que me incluyo, no nos atreveríamos prácticamente ni a sacar de casa más que para dar un paseo, o unas vueltas en circuito. Y más allá de alguna que otra macarrada, como cargar los bártulos sobre el techo sin un sistema adecuado, o cruzar por pistas empedradas sin miramientos, es una imagen que no me sorprende.
Existe al menos un lugar del mundo en el que una vez cada año puedes acampar junto a aficionados al motor que no dudan en viajar miles de kilómetros, con la tienda de campaña a cuestas y un deportivo que cotiza en cifras de seis dígitos.
Si quieres deleitarte, hasta la extenuación, paseando por un camping plagado de superdeportivos, clásicos que cotizan sobre los seis dígitos, aparcados junto a una barbacoa y una tienda de campaña de veinte euros, existe al menos un lugar en el que puedes hacerlo. Y es que como cada año, un fin de semana de junio, decenas de miles de entusiastas de la competición y la velocidad y muchos propietarios de clásicos y deportivos, no dudan ni un momento en cruzar el Canal de la Mancha, recorrer cientos de kilómetros, para disfrutar de un fin de semana único en las 24 Horas de Le Mans.
Sigo pensando que el caso de estas fotografías es una buena macarrada, especialmente al ver la imagen del techo cargado con los enseres para un día de río y picnic. Pero también que debe haber pocas aficiones tan gratificantes como sacar el clásico del garaje para embarcarte en un viaje