Ya hemos dado buena cuenta del interior del SsangYong Rodius, amplio como él sólo y con una modularidad más que correcta, aunque no sea la absolutamente mejor de su segmento. Este buque de 5,13 metros de longitud, 1,92 metros de anchura y 1,81 metros de altura no es un coche ligero. Su peso en las versiones de tracción trasera y caja de cambios manual – como la que hemos probado – es de 1.968 kg. Las versiones automáticas y las versiones 4×4 superan el peso de grandes SUV como los Audi Q7 o monovolúmenes rivales como el Renault Espace.
¿Qué es lo que mueve a este transatlántico varado?
Adiós a la potencia Mercedes, hola a menores consumos
El SsangYong Rodius ya no dispone del motor 2.7 de origen Mercedes de su anterior generación.
El SsangYong Rodius siempre ha tenido una única motorización disponible en nuestro mercado. El propulsor saliente – que hemos probado a fondo hace años – era un vetusto pero probado 2.7 turbodiésel de cinco cilindros en línea y 165 CV de potencia. Este motor era de origen Mercedes, y en su momento uno de los argumentos de compra más fuertes a favor de SsangYong, que ha quedado en el subconsciente de muchos compradores. Lo cierto es que ya no hay lazos con Mercedes en la gama SsangYong europea. Tampoco el motor del Rodius.
El motor es ahora un 2.0 eXdi de 155 CV, de desarrollo propio y ya estrenado en el Korando o la pick-up de SsangYong. Un propulsor common-rail que desarrolla 10 CV menos que el 2.7 de Mercedes, pero un par motor casi idéntico, de 360 Nm entre las 1.500 y las 2.800 rpm. A nivel prestacional no vamos a experimentar grandes cambios, con un 0 a 100 km/h no declarado (de unos 14 segundos) y una punta de 180