En la jornada vespertina de ayer, el Circuito de las Américas de Austin acogió la primera de las tres últimas citas de la temporada. Con el «soporífero» (no hay más forma de definirlo) Gran Premio de Estados Unidos, comienza un sprint final a la temporada 2014 en el que Lewis Hamilton parece haber cogido la ventaja suficiente. Pero antes de lanzar las campanas al vuelo, la victoria de ayer de Hamilton se fraguó en su presión a Nico Rosberg. El alemán consiguió la pole el sábado pero a la hora de la verdad, un error de conducción en carrera, de nuevo le condenó a la segunda posición por detrás de su compañero y rival. Los siete puntos de diferencia de ayer son poca cosa comparados con el golpe moral. Con dos grandes premios aún por delante, Brasil (25 puntos para el ganador) y Abu Dabi (doble puntuación, 50 puntos para el ganador), Hamilton toma una ventaja de 24 puntos sobre Rosberg lo que va a impedir que veamos a un nuevo campeón el próximo domingo en Interlagos. Más allá de la batalla por el título, la única realmente interesante en este final de temporada, Daniel Ricciardo fue capaz de sobreponerse a los Williams para alcanzar el último escalón del podio. El piloto australiano es sin lugar a dudas una de las mejores noticias de la temporada. Muchos no esperaban tanto de el y ha respondido de forma tan clara que no hay ninguna duda de que el año que viene será un gran piloto número 1 en Red Bull. Por su parte, Fernando Alonso vivió una carrera en medio del desierto. Ni tenía oportunidad de dar caza a los Williams ni sus inmediatos perseguidores estaban en disposición de luchar por su posición. Un nuevo «suplicio»
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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