Es muy habitual que las marcas automovilísticas patrocinen a deportistas o equipos. En casos así el contrato firmado por la marca y el equipo suele incluir más clausulas que la de portar la marca en la camiseta y las apariciones públicas de los deportistas han de ser a bordo de los coches del patrocinador, cedidos de forma gratuito. Muy sonado es el caso de Rafa Nadal con Kia o de Fernando Alonso hace años con Renault. Mientras que tenían coches notablemente mejores, tenían que ir en humildes utilitarios.
Cuando la marca que te patrocina tiene modelos de altas prestaciones, la cosa cambia y puede ser apetecible llevar los coches de tu patrocinador, aunque parece ser que en el Manchester United tienen otra visión. Chevrolet es la marca que patrocina al equipo británico pero la elección de conducir en Chevrolet es libre. La firma ha puesto a disposición de los jugadores varios modelos Chevrolet, entre los que hay unidades de los nuevos Corvette y del Chevrolet Camaro, pero nadie las quiere.
Pese a que estos puedan ser auténticos cochazos para mortales como nosotros, los jugadores del Manchester United tienen en sus garajes monturas de marcas tan variadas como Ferrari, Lamborghini, Range Rover, Aston Martin o Bentley. Tal vez este sea el motivo por el que ninguno de los jugadores del equipo quiere el coche que Chevrolet les cede de forma gratuita. El patrocinador no está molesto porque conducir sus coches es algo voluntario, pero desde luego le gustaría que la plantilla del Manchester United acudiese a los entrenamientos con los citados Chevrolet.
Chevrolet paga al equipo de fútbol anualmente unos 60 millones de euros en forma de patrocinio y seguirá siendo así los próximos años pese a que a partir de 2016 la marca deje de comercializar sus coches en Europa. El equipo tiene