Partimos de la base de que, lo que para mí es feo, para ti puede ser bonito, y viceversa. De ahí el entrecomillado del adjetivo en el titular de este artículo. Pero está claro que existen unos cánones de belleza en lo que a diseño de automóviles se refiere y que nadie podrá negar que las propuestas de Honda y Toyota para sus próximos coches de hidrógeno son, como mínimo, muy peculiares y exóticas, por no decir otra cosa. Miramos atrás, a la llegada de Toyota Prius y Honda Insight y vemos como la historia se repite, como Honda y Toyota han vuelto a encabezar una nueva batalla tecnológica, en este caso por la llegada del coche de hidrógeno a los concesionarios. ¿No podían haberlo hecho con un diseño más atractivo? ¿Un coche de hidrógeno tiene que ser necesariamente futurista? Te lo contamos a continuación.
La elección: nuevo desarrollo o aprovechar una base amortizada y adaptarla al hidrógeno. A la hora de utilizar un tecnología tan peculiar como el hidrógeno, una marca como Toyota tenía que plantearse qué rumbo seguir: optar por una base ya desarrollada o desarrollar un modelo completamente nuevo. Tanto Honda, como Toyota, optaron por tomar el segundo camino. ¿Por qué el segundo? Para empezar porque la tecnología que exige un coche con pila de combustible, como la disposición de los depósitos presurizados de hidrógeno y el, o los motores eléctricos, puede no ser compatible con cualquier plataforma. Si adaptas a esta tecnología a un coche ya existente, que habitualmente utiliza motores térmicos, puedes encontrarte con que la instalación de todos los sistemas necesarios para su funcionamiento limiten el espacio del habitáculo o del maletero de manera dramática. Es algo que aún hoy en día sigue sucediendo en algunos híbridos.
Las ventajas que ofrece optar por un coche completamente