El Porsche 924 Turbo no logró batir el récord de velocidad que se había planteado batir. Este intento fracasado – causa del Mercedes C111 – era una espinita clavada que Porsche quería quitarse de encima. Es por ello que en 1986, empleando el entonces novedoso Porsche 944 Turbo. Una vuelta al mundo, que debía ser la más rápida jamás realizada en automóvil, empleando un nuevo propulsor, gasolina sin plomo y un sistema de catalizador. Ingredientes que damos por hecho hoy, pero que en absoluto lo eran hace 28 años y planteaban un reto.
Una vuelta al mundo que comenzó el 29 de enero de 1986, exactamente 100 años después de que Daimler patentase su triciclo motorizado. La elección de la fecha no fue casual.
Vuelta al mundo en 31 días
Antes de dedicarse a retos de hypermiling, Plattner era famoso por conducción de largas distancias.
“El Águila del Tirol”, este fue el curioso sobrenombre que este bonito 944 Turbo de preproducción recibió. La idea era demostrar la fiabilidad real del nuevo motor del coupé alemán: un 2.5 turbo de cuatro cilindros en línea con 220 CV de potencia. Para la época, un motor de excelentes prestaciones y alta potencia específica. Debía demostrar esta fiabilidad en un complicado viaje alrededor del mundo. Un viaje de nada menos que 41.140 kilómetros, atravesando los cinco continentes.
Soportando condiciones climáticas de lo más extremas y siempre buscando gasolineras con gasolina sin plomo, cuidando el sistema de catalización. Al volante de este Porsche 944 Turbo no había una persona cualquiera. En el asiento del conductor estaba Gerhard Plattner, un experto conductor austriaco al que conocemos por sus increíbles retos de hypermiling, realizados siempre con la inestimable ayuda de su mujer. Este especialista en largas distancias tenía como única ayuda en el viaje un buen puñado de mapas, su pasaporte y