Nuestra fe en muchos galardones se perdió hace ya tiempo, casi tanto como la fe perdida en otros muchos mitos en los que creíamos antes de ver la luz, de descubrir la verdad, casi la misma fe que en su día teníamos en que los Reyes Magos nos traerían sus regalos entre el 5 y el 6 de enero. Hay precedentes que consiguen hacer que creer, o no, en la honestidad de un galardón sea casi tan difícil como ponerla en duda, aunque confiemos en la honestidad de muchos compañeros que participaron como jurado. No vamos a entrar en ese debate, pero sí en el de determinar una opinión más a este respecto, ¿es merecedor el Citroën C4 Cactus del galardón de Coche del Año en España 2015?
O te encanta o lo odias, pero esa actitud polarizante bien podría ser su mejor virtud. Las ventas nos lo dirán en unos meses.
Hace tan solo unos días os ofrecimos una prueba de este modelo, con el cual he convivido durante una semana para llegar a algunas conclusiones interesantes. Y en mi modesta opinión el Citroën C4 Cactus era un mal o un bien necesario, un coche que tal vez te parezca demasiado atrevido para comprártelo, pero que en una industria de clones, de coches cada vez más parecidos, puede encontrar en esa actitud polarizante su mejor virtud. Te encantará o lo odiarás, probablemente no habrá término medio, y aunque a priori pueda parecer la razón de un fiasco anticipado, quizás se convierta también en la razón que lleve a muchos potenciales clientes, como mínimo, a interesarse por él en internet o en los concesionarios.
Es minimalista y económico, pero no cutre, ni con aspecto de low-cost.
Citroën ha creado un coche minimalista y económico, pero para nada cutre, ni con imagen low-cost. Para más