OPC, si no lo conoces, es el departamento de altas prestaciones del Opel. De hecho sus siglas responden a Opel Performance Center, y si es protagonista este año 2014, es porque ha cumplido nada menos que 15 años al pie del cañón en lo que a vehículos deportivos se refiere.
Como toda historia, tiene un comienzo. Y ese comienzo tiene mucho que ver con el Opel Astra G quien, el 1998 remplazó al antiguo Astra. No sería hasta un año después cuando se presentara el primer OPC de la historia sobre la base del nuevo compacto de la marca.
Opel quería un coche deportivo en sus filas que remplazara a los GSi que, hasta aquél momento, eran los pura sangre de su gama. El primer Opel Astra OPC data de 1999, como el modelo que empezó toda una historia deportiva y una historia de éxitos.
Basaba su motor en el bloque 2.0 atmosférico de 136 caballos, al que se le hizo un trabajo de mejoras en sus partes internas. La electrónica se modificó para buscar una respuesta más rabiosa y viva, se modificó la admisión y escape, y se instalaron pistones forjados. El resultado eran 160 caballos que se calmaban junto a un nuevo radiador de aceite para mantener todo en perfecta sincronía.
El chasis recibía también su puesta a punto con nuevas suspensiones, nuevo brazos y menor altura al suelo. También se optaba por un nuevo sistema de frenos más potente con discos más grandes o una dirección ahora más directa. Remataban el conjunto, los de OPC, con un todavía discreto kit de carrocería y llantas de 17 pulgadas.
La limitada tirada del primer Astra OPC fue un éxito, obligando a Opel a aumentar la producción y a lanzar un segundo modelo en 2001, el Opel Zafira OPC. Ta vez una de las creaciones