Resistentes como los dientes de un león, flexibles como su espinazo y rápidos como el rey de la selva. Así serían los productos Peugeot y así lo quiso plasmar Émile Peugeot cuando registró la emblemática imagen en el Conservatorio Imperial de Artes y Oficios. Era el 20 de noviembre de 1858, hace ahora algo más de 156 años. De los coches no había ni rastro. Los primeros leones de Peugeot servirían para identificar sierras (1858), molinillos de café (1881), bicicletas (1882) y motos (1898). Ni siquiera el primer automóvil Peugeot, el Serpollet-Peugeot de 1889, luciría un león en su frontal. Fue en 1905 cuando el león ocupó un lugar que no ha abandonado hasta la fecha. Unas veces lo veremos rampante, otras en posición sedente, pero siempre fiel a los principios que lo vieron nacer. 1872 El león que mira hacia la izquierda y se posa sobre una flecha aparece en herramientas y sierras antes de ocupar los primeros molinillos de café. Durabilidad y elasticidad, de la primera a la última garra. Durante sus primeros pasos en los automóviles de Peugeot conservará esta posición y la flecha que le sirve como base. 1912 En los primeros diseños para automóviles, el león se enmarca en una rueda y queda realzado con unos elementos ornamentales en las partes superior e inferior del conjunto. 1913 En el caso del Peugeot Bebé, el emblema se emplaza sobre el cromado de la calandra del frontal del vehículo, en su parte superior. 1923 Al llegar los años 20, el león gana una tercera dimensión. Los escultores Marx y Baudichon realizan un tapón para el radiador que muestra el león, por primera vez, rugiendo y en una posición previa al salto. 1933 En los años 30, el
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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