Tras una semana y algo más de 1.000 km de prueba he de reconocer que he sucumbido a la magia de MINI. Pero no todo es disfrutar de la conducción y lucir un bonito diseño, también hay que hacer balance de lo que cuesta el coche, el equipamiento que trae y pensar si podemos encontrar algo similar en la competencia. Vale, el MINI es un icono de la automoción, pero los aproximadamente 28.000 euros que cuesta esta el coche de precio base en esta versión es mucho dinero.
Cuando me detengo a ojear la lista de equipamiento opcional del MINI, lo primero que me pregunto es si realmente pueden caber tantos extras y tecnología en un coche de este tamaño. Cuando miro la columna de la derecha (la de los euros), me pregunto si el departamento de marketing no se habrá vuelto loco con semejantes precios. El coche derrocha calidad, pero no debemos entusiasmarnos mucho engordando la lista de equipamiento salvo que tengamos una cuenta corriente bien saneada.
Equipamiento de lujo, pero pagando aparte
El modelo de acceso a la gama, el más básico y económico se ha denominado “First”. De serie cuenta con seis airbags, ESP con asistente de arranque en cuesta, aire acondicionado, indicador de presión de neumáticos, Start&Stop, arranque por botón, espejos eléctricos, maletero con bandeja separadora, radio CD con entrada auxiliar, USB y Bluetooth, llantas de aleación de 15?, etc. Es decir, el equipamiento que traería casi cualquier utilitario moderno.
Prácticamente todos los modelos pueden llegar a tener equipamientos muy similares, independientemente de su motorización, salvo elementos muy puntuales (y caros). Todos los modelos y motores pueden llevar el cambio automático de 6 velocidades, salvo el One D que solo puede llevar el manual de seis.
Dado que la lista de equipamientos es increíblmente larga, MINI ha estructurado los más “interesantes”