Son las 10 de la noche, estoy en la recepción del Hotel Silken Puerta de América, en Madrid, donde he quedado con Luis Miguel Ortego para que me pase un testigo de lo más interesante. Hago memoria, y no, no he conducido nunca un coche tan lujoso como el que voy a conducir durante las próximas 12 horas.
Luis me deja con las primeras pinceladas de lo que dos pisos más abajo, en el garaje del hotel, me espera. Me habla de su dirección, de su silenciosa mecánica de 12 cilindros, de sus acabados… y ahí esta, una pesada llave, grande y elegante llega hasta mi mano. Es la llave del Rolls Royce Ghost II y por delante nos espera una apresurada sesión de fotos bajo el frio de una noche de finales de noviembre.
12 horas para conocer al nuevo Rolls Royce Ghost, 12 horas para, además, fotografiarlo. Nos espera una noche de lo más intensa. No hay tiempo que perder.
Juanma, el compañero fotógrafo que también me acompañó en la sesión de la prueba del BMW M4 Coupé, y yo bajamos por el ascensor hasta la planta -2, pagamos el ticket de parking y buscamos al Rolls entre las filas de coches del parking. No tardamos demasiado. Un bonito haz de luz llega desde unas modernas ópticas LED que nos dan, desde lejos, la bienvenida. Su silueta sobresale varios palmos sobre la altura media de la fila de coches en la que se encuentra y han sido necesarias dos plazas de aparcamiento para poder aparcar cómodamente a este lujoso mastodonte. Impone, impresiona como no me han impresionado antes.
Su interior, excesivamente iluminado, nos deja ya entrever, incluso antes de abrir las puertas, todo un enorme elenco de detalles de lujoso corte. Es sólo el principio, poco a poco iremos descubriendo más y