Hay motores que son capaces de aparecer hasta en una sobremesa navideña, cuando sin poder evitarlo acabas hablando de coches. Es entonces cuando caes y consideras que algo debe de tener el EcoBoost cuando lo bendicen, una y otra vez, con premios y más premios. La última ocasión ha sido con motivo de los galardones de Ward’s Auto, donde los editores han dicho sí, quiero al motor de Ford. «Serendipias de la vida», piensa uno cuando se descubre hablando una y otra vez de lo mismo. Por ponerle una nota de color al motor en cuestión, digamos que en esta edición de los premios, y ya van 21 años que se celebran, el tricilíndrico 1.0 de la casa triunfó montado sobre un Ford Fiesta. Se impuso, entre otros, a un motor de pila de combustible y a un salvaje V-8 capaz de entregar más de 700 CV, ahí es nada. La lista de los otros finalistas es la que sigue: 127 kW Eléctrico (BMW i3) 6.2L OHV V-8 (Chevrolet Corvette Stingray) 6.2L Sobrealimentado OHV V-8 (Dodge Challenger SRT Hellcat) 100 kW Pila de combustible (Hyundai Tucson FCV) 1.5L Turbo DOHC 3 cilindros (Mini Cooper) 3.0L Turbodiésel DOHC V-6 (Ram 1500 EcoDiesel) 2.0L Turbo DOHC H-4 (Subaru WRX) 1.8L Turbo DOHC 4 cilindros (Volkswagen Golf) 2.0L Turbo DOHC 4 cilindros (Volvo S60) Dicho lo cual, ¿existe razón para encumbrar de esta forma al motor de gasolina de Ford o todo forma parte de un inmenso hype? Pues quizá la respuesta se componga de un poco de ambas opciones. No hay duda de que el EcoBoost es un motor que supone un antes y un después en eso de conseguir de la gasolina unas reacciones que hasta la fecha estaban muy vinculadas al diésel, desde el par

http://www.motorpasion.com/

Podcast también disponible en PocketCasts, SoundCloud, Spotify, Google Podcasts, Apple Podcasts, and RSS.

El podcast

Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.

Acerca del podcast