Sí, al menos el que os escribe, no entiende porqué a todos, y me incluyo, nos encanta hacer balance de todo un año cuando llega el 31 de diciembre. El primer día del siguiente año, se regirá por las mismas leyes que se ha regido el anterior, que cerraba el pasado curso. Entonces, ¿por qué?
Lo cierto es que notamos que algo acaba, que una puerta se cierra para que otra se abra. Nuevos propósitos, nuevas ilusiones. Podíamos sentir lo mismo un 2 de febrero, pero el comienzo de un nuevo año, es el empuje perfecto. Por ello, siguiendo con la tradición, en Actualidad Motor también hacemos balance. Y como no podía ser de otra manera, con un protagonista de cuatro ruedas. ¿Cuál ha sido el mejor coche del año que acabamos de despedir?
Tras deliberar, discutir, estudiar, debatir y todo los sinónimos que se os ocurran sobre el tema que nos ocupaba, el mejor coche del año para Actualidad Motor era elegido. Y es que no era fácil. No era una decisión sencilla de tomar. El ganador, no tenía que ser el más potente, el más apuesto, o, ni tan si quiera, el más esperado. El vencedor debía de tener algo, que ninguno otro tuviera.
Y el Citroën C4 Cactus asomaba cual perro hambriento al olor de una salchicha. Pero, ¿qué argumentos había sobre la mesa para elegir al SUV compacto francés? Por un lado, su diseño. Te gustará, o no te gustará, pero si lo ves por la calle tu mirada, sin quererlo, se posará sobre la cubierta del mismo. Y yo soy un ejemplo. Su estética no es santo de mi devoción, pero no puedo negarte que cada vez que veo uno, me paro un buen rato a contemplarlo.
Por otro, todo lo que ha significado para la compañía. El Cactus, ha conseguido