La realidad siempre supera la ficción. ¿Imaginas que tienes una palanca de intermitentes en tu brazo durante décadas y que no lo sabías?. Eso es lo que le ha pasado a Arthur Lampitt, un ciudadano estadounidense de 75 años. Este agente inmobiliario sufrió un grave accidente en 1963, cuando tuvo un accidente con su Ford Thunderbird contra un camión. El impacto fue tal que en la emisión radiofónica de la época dijeron que no había supervivientes.
Arthur resultó herido en este accidente, especialmente en la cadera, aunque nadie sospechó lo que se escondía en su brazo, que solo presentaba cortes y magulladuras típicos de un accidente como el que sufrió. Tras recuperarse Arthur siguió con su vida normal, se caso y tuvo tres hijos con su mujer Betty. Nada parecía indicar que portaba en su brazo una pieza de su antiguo Ford Thunderbird.
Hace 10 o 15 años es cuando se hizo el hallazgo. Arthur debía de acudir por trabajo a unos juzgados y es allí donde un agente de seguridad detectó la palanca de intermitencias con la ayuda de un detector de metales. Tras pasar por los rayos X se pudo ver que tenía dentro de su brazo un objeto metálico alargado, del tamaño de un lapicero. No le causaba dolor, molestias ni ningún tipo de problema por lo que los médicos le aconsejaron no actuar. Y así fue.
Pero hace una semanas Arthur comenzó a sentir molestias cuando movía unos bloques de cemento y pudo sentir la palanca en su brazo. El brazo comenzó a hincharse y fue necesario recurrir a la cirugía para extraer ese objeto. Arthur no sabía lo que era, aunque imaginaba que estaría relacionado con su accidente. Viendo unas fotografías de su Thunderbird accidentado que tomó un amigo, se dio cuenta de que faltaba la palanca de