Como cada invierno, muchos de los conductores se ven obligados a enfrentarse a la nieve, hielo y otras condiciones adversas que afectan gravemente a la conducción, como la niebla o la lluvia intensa. Este año ha sido un poco atípico y muchos ya nos veíamos casi entrando triunfalmente en la primavera, pero la cruda realidad nos ha demostrado que el frío, la nieve y el hielo siempre acaban llegando a parte de la península. Como cada año, aquí van unos consejos para evitar contratiempos.
Prever la situación meteorológica, anticiparse a las situaciones y conducir de forma suave, la forma de abordar pendientes o cómo controlar los distintas pérdidas de control del coche serán algunos de los temas que trataremos hoy.
Prever la jugada
Cuando las cosas se van a poner “chungas” de verdad, lo mejor es anticiparse y tener la jugada ensayada. La mejor anticipación sería evitar ese viaje o posponerlo, o utilizar transportes públicos que no vayan por carretera como el metro o el tren.
Si no podemos evitar coger el coche, preveremos como mínimo el doble de tiempo para hacer el viaje, sobre todo si incluye áreas urbanas que se congestionan con cuatro copos (quien viva en Madrid o similar sabe perfectamente a que me refiero). No hace falta decir que aparte de los atascos, con nieve hay que moderar muchísimo la velocidad.
Un clásico que no pueden faltar son las cadenas en el maletero o los neumáticos de invierno. Recordad que legalmente estos neumáticos sustituyen a las cadenas y por lo tanto si los equipas, las cadenas puedes dejarlas en casa. Si prevees circular en situaciones realmente complicadas, no está de más llevarlas también por si acaso (si son de hierro, las de tela tienen un rendimiento similar a los neumáticos de invierno)
Conviene conocer bien la naturaleza de nuestro coche, saber como