El Bloodhound SSC es el coche más rápido que combina motor de avión de combate y tradicional de combustión interna y alcanza una velocidad de más de 1000mph. No hay duda de que una de las tendencias entre los fabricantes de coches es la tecnología. Dotar de grandes dosis de tecnología se ha convertido en el factor diferenciador de los fabricantes, y antes de que esta tecnología llegue a los coches de la calle o incluso a los de carreras, suele ser puesta a prueba durante su fase de desarrollo en vehículos experimentales como este que os vamos a enseñar. Mitad cohete espacial, mitad coche terrestre, el Bloodhound SSC quiere tener el mérito de convertirse en el coche más rápido jamas fabricando. Lógicamente, la coletilla de coche a lo mejor le queda un poco pequeña, pues solo con ver su diseño, parece más un cohete espacial que otra cosa. Lo interesante de este prototipo, es que está sirviendo como base para investigar las posibilidades en el futuro podrán tener lo coches de calle o carreras, y de paso, ganarse un galardón al coche más rápido. Este prototipo es una mezcla, como hemos dicho, de avión y coche de motor diseñado para ir a una velocidad de más de 1000mph -cerca de unos 1600kmh-. Está diseñado combinando un chasis y un fuselaje delgado de una longitud aproximada de 13,4 metros con dos ruedas delanteras y dos ruedas traseras montadas dentro y fuera del carenado. Pesa 7,5 toneladas y tiene una potencia de más de 135.000 caballos de fuerza, más de 6 veces la suma de todos los coches de Fórmula 1 en una carrera tradicional. A pesar de que en las primeras etapas del proyecto el Bloodhound SSC estaba destinado a ser solamente propulsado por cohetes, y contando con
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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