El Skoda Spaceback se inspira en su hermano el Rapid. Nace, como una alternativa a la berlina compacta. Y, si nos ponemos melodramáticos, quizás le debe la vida a éste. Pero no te equivoques, el Spaceback no es un Rapid. Las cosas no son tan sencillas. El hatchback tiene personalidad propia, otro punto de vista propiamente dicho. Una filosofía más juvenil, más desenfadada.
En el análisis a su diseño exterior e interior, nos dejábamos llevar por su línea. Una estética que se enseñaba menos seria y, sin ofender, simplona, que la del Rapid. Igualmente, algunas diferencias saltaban a la vista con unas medidas más justas para el Spaceback. Eso sí, en cuanto al comportamiento, ambos provocaban sensaciones similares. Ahora bien, ¿y el precio? ¿Ofrece alguno de los dos más? Acompáñanos en la última parte de la prueba del Skoda Spaceback.
Duelo de hermanos
Y he empezado directamente yendo al grano, es decir, comparándolo con su compañero sedán, porque, en esencia, es una de las preguntas existenciales del Spaceback. ¿Vale la pena comprarlo antes que un Rapid? Y es que dicen que las comparaciones son odiosas, pero eso es porque, quién lo dice, no se está dejando los cuartos. Además, tanto el uno como el otro, juegan en la misma liga, aunque lo hagan con distinto cuerpo.
Pero no quiero que esto se convierta en una comparativa, para ello nos juntamos de vez en cuando el equipo de Actualidad Motor. Ni por supuesto, quiero quitarle protagonismo a quien despedía hace escasamente horas. Entonces, voy a empezar contándote que me he encontrado en la lista de equipamiento, y, al final, con todo sobre la mesa, un all-in en toda regla, concluiremos.
Calidad en el equipamiento
Tres son los niveles de equipamiento que ofrece el Skoda Spaceback, escalones que comienzan con el Active, continúan en el Ambition, y encuentran