Si los creadores de esta peli hubieran conocido a esos grandes artistas que se hacen llamar Def Con Dos, bien podrían haber escogido ese tema que dice “no me rayes el coche” (Youtube) como banda sonora para esta película que derrocha sangre, casi tanta como clichés demasiado manidos. Clichés de rusos, que cuando no son comunistas, o terroristas, son gángsters, para variar; de asesinos a sueldo retirados; asesinos leales a una ética realmente peculiar. No es que me haya vuelto loco y vaya a empezar a hacer críticas de cine, no creo que valga para ello, ni tengo la más mínima intención de hacerlo. Pero no se me ocurría mejor forma de vengarme por los 101 minutos de mi vida que he perdido viendo John Wick.
Hay un Mustang del 69. Pero el resto de los 101 minutos de John Wick te los puedes ahorrar, aunque para pasar el rato pueda ser incluso una película divertida.
La sinopsis de esta película bien podría resumirse en las siguiente líneas. A un Keanu Reeves en horas bajas le roban su Mustang y matan a su perro. Para colmo de males, acaba de fallecer su pareja. Y realmente esta película me generó tristeza, no por empatizar con el duro momento que está pasando el personaje, sino por recordar con nostalgia aquellos tiempos en que este actor protagonizaba a Neo, en aquella peli de culto, donde las haya, llamada Matrix.