“El máximo grado posible de tecnología de competición que actualmente se puede incorporar en un 911 homologado para carretera”. Así definen en Porsche a su nueva criatura, a su nuevo Porsche 911 aún más volcado con los circuitos, con la conducción más espirituosa. Un Porsche 911 GT3 RS que con motivo del Salón de Ginebra 2015 nos da motivos para seguir creyendo en el automovilismo más puro, deportivo y pasional.
Su carta de presentación es larga, muy larga, casi tanto como el enorme alerón que corona su zaga y es que el 911 GT3 RS no sólo llega con un nuevo propulso bóxer de 6 cilindros y 4 litros de cubicaje, también lo hace con un peso ligeramente menor, una amenazadora estampa y una puesta a punto más radical.
Empezando por el corazón del nuevo 911 GT3 RS
Bajo el alerón trasero nos encontramos con un nuevo bloque bóxer desarrollando una potencia de 500 caballos con un par de 480 Nm, un motor que queda asociado a una transmisión PDK específica y que permiten a este vitaminado 911 marcar un 0 a 100 km/h en 3.3 segundos, llegando desde parado a los 200 km/h en sólo 10.9 segundos. Su velocidad máxima es de 310 km/h y su consumo es de 12.7 l/100 km.
Para hacernos una idea de su nexo con la competición basta con encontrarnos con el botón “Pit Speed” capaz de limitar la velocidad del coche para su paso por el pit lane.
Un cuerpo entregado al pecado y a la aerodinámica
El techo del 911 GT3 RS es de magnesio y el capó delantero de fibra de carbono, permitiendo a este GT3 RS ser 10 kg más ligero que un GT3 “normal” quedándose en los 1.420 kg.
Su carrocería, de aluminio, deriva directamente de la empleada por los Porsche 911 Turbo, recibiendo además por