Desde principios del pasado año el Skoda Yeti está disponible con un aspecto renovado, más equipamiento y una gama de motores remodelada. Nosotros nos pusimos a los mandos de la versión más campera (Outdoor), asociada al motor Diésel 2.0 TDI de 110 CV, a un sistema de tracción total y al acabado Elegance, el más alto de los que dispone la gama.
Para empezar, las dimensiones de su carrocería están muy bien aprovechadas para que podamos disfrutar de mucho espacio en su interior, sobre todo en altura -una persona con una estatura de más de 1,90 m se encontrará como en casa-. La anchura es, más o menos, equivalente a lo que podemos encontrar en una berlina de tamaño medio, así que, su interior es suficientemente amplio para que cuatro adultos vayan con total comodidad.
Como en todos los modelos del Grupo Volkswagen, la ergonomía de todo el habitáculo está muy bien estudiada para que la inmensa mayoría de los conductores se encuentren bien ubicados a los mandos del vehículo.
El asiento del conductor tiene amplios reglajes en altura y profundidad, lo cual es de agradecer -las versiones de equipamiento superior incluyen un soporte lumbar para el conductor y ajuste eléctrico del asiento-. Los asientos traseros son confortables, y el acceso a las plazas traseras es muy sencillo.
Los ocupantes de las plazas traseras se encontrarán como en casa. Por ejemplo, el respaldo de la plaza central puede abatirse para desplegar un apoyabrazos con zonas mullidas y tres prácticos posavasos. Asimismo, los tres asientos se pueden abatir o retirar de forma individual, y los laterales se pueden desplazar hacia delante o hacia atrás, e incluso hacia el interior si se quita la unidad central.
El maletero, en condiciones normales, tiene una capacidad de 405 litros. Con los asientos traseros retirados, la capacidad puede aumentar hasta