Si os hablo de Anki Drive, tal vez no sabréis a qué me estoy refiriendo. Normal, porque esta modernez sólo se vende por el momento en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, pero estoy seguro de que tarde o temprano llegará a España. Así pues, vamos a analizar si este invento es una traición a los clásicos coches de slot o si por el contrario estamos ante la revolución del Siglo XXI automovilísticamente hablando. Básicamente el Anki Drive es una mezcla entre un videojuego y un juego de coches a escala 1:32 de toda la vida. ¿Cómo? Pues mezclando coches físicos reales que compiten en carreras mientras el jugador los maneja desde su smartphone. Moviendo el dispositivo haces que el coche gire y trace las curvas, y mediante los botones de la aplicación puedes acelerar o frenar. Pero ¿no es eso una traición hacia la herencia de los coches de slot? Por un lado, uno de los puntos positivos del slot era que te permitía «sentir» el coche a través del mando que enviaba más o menos intensidad de corriente para que el coche corriese más o menos. Ese tacto con el gatillo, ese feeling que ibas alcanzando con los coches a base de horas, tardes, días y noches jugando al Scalextric, se pierde con esta extraña mezcla que pretende convertirse en una revolución entre los amantes de los videojuegos de coches y los que todavía siguen jugando con coches físicos. Otro de los detalles que me gustaba de los coches de slot era el poder prepararlos, modificarlos siguiendo unos mínimos para, sin cambiar su estética básica, mejorar su comportamiento. En Anki Drive el coche se modifica virtualmente a través del smartphone, donde por ejemplo por las carreras ganadas puedes obtener puntos para llevar a
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El podcast
Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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