Acabo de bajarme de un coche eléctrico. Bueno, en realidad no era eléctrico, sino híbrido y enchufable, pero a efectos prácticos es lo mismo. Y como suele sucederme cada vez que conduzco un coche eléctrico, me he vuelto sorprender de la cantidad de sonidos que nos perturban en la calle más allá del sonido del motor. Sonidos como la rodadura sobre el asfalto, que hace que te percates de las molestas vibraciones que provoca el firme mal asfaltado, y que te incomoden detalles que antes, ocultos bajo el rugido del motor, no escuchabas. ¿Y si resulta que al final el sonido del motor, un sonido bonito, se entiende, es algo a lo que ni podemos, ni queremos prescindir? Quizás el Tesla Model S de este vídeo nos aclare las cosas.
Hay dos razones fundamentales para simular un sonido en un coche eléctrico, la seguridad, advertir de nuestra presencia a los peatones; y ofrecer una conducción más intuitiva.
En ese mismo paseo eléctrico, he de llamar la atención a una señora que ha cruzado la calle sin mirar, me ha hecho frenar y no se aparta, porque no oye el sonido del motor. Incluso he tenido que pararme los pies. Sin sonido del motor, sin tener que engranar marchas con un cambio manual, y con la progresividad de su aceleración, sin darme cuenta iba más rápido de lo que debería. En resumidas cuentas, he echado en falta el sonido del motor, algo que puede parecer un tanto absurdo cuando ese silencio se valora habitualmente como una de las grandes ventajas del coche eléctrico.
¿Y si nos inventamos un sonido para el motor de los coches eléctricos? Es lo que han pensado en Larte Design, unos preparadores que han metido mano al Tesla Model S.
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