El nuevo Skoda Superb es uno de los más importantes lanzamientos de Skoda de los últimos años. El relanzamiento de su buque insignia, que ha cosechado excelentes críticas y ventas en sus dos primeras generaciones. La tercera generación del Skoda Superb se presentó en el pasado Salón de Ginebra, y Skoda jura y perjura que es el mejor coche que jamás han fabricado. Hemos podido acercarnos en persona al nuevo Superb en el Salón de Barcelona – que aún está abierto al público este fin de semana – y comprobar de primera mano si estas afirmaciones son ciertas. La conclusión es rápida: Skoda quiere comerse el mercado de las berlinas generalistas. Y lo va a conseguir.
Skoda Superb: una berlina para dominarlas a todas… en relación calidad-precio
Si cambiáseis su calandra y sus logotipos podría pasar por un Volkswagen Passat.
Con unos imponentes 4,86 metros de longitud, un Skoda Superb plateado se presenta ante mí. No había visto más que imágenes por internet, y el primer pensamiento que pasó por mi cabeza al verlo fue “bonito Audi”. El Superb tiene mucha presencia, y no parece una berlina generalista, sino una berlina premium. No estoy exagerando: fijaos en las preciosas ópticas bixenón. Su diseño evoca un espejo infinito, con un esquema LED diurno que no habría chocado en un vehículo premium. Líneas muy elegantes y proporcionadas, lejos de los diseños de anteriores generaciones, que aún pecaban de ser una amalgama de segmentos, sin una identidad propia muy clara.
La nueva generación del Superb ya tiene las cosas mucho más claras, y se construye sobre la plataforma MQB modular del Grupo Volkswagen. De nuevo los detalles nos atrapan sin remedio: cromados elegantes en torno a los cristales, embellecedores metálicos en las puertas, tiradores metálicos para las puertas o suaves mullidos para las butacas. La forma de