¿Te gustan los Porsche 911 clásicos? ¿Te gustan los BMW M3 de primera generación? ¿Te gustaría tener un Mercedes clásico “youngtimer” para usar diariamente? A mí también, te lo aseguro. Tengo malas noticias: ya no nos los vamos a poder permitir. Nuestra cuenta de ahorros se queda muy corta ante la más que sustancial subida del precio de los coches clásicos. Sí amigos, la burbuja especulativa ha llegado sin hacer ruido y se ha instaurado con muchísima fuerza en el mundo del automóvil clásico, como también nos cuentan nuestros amigos de 8000vueltas. ¿Cuál es el motivo? ¿Podemos hacer algo al respecto? ¿Cuáles son los vehículos más afectados?
Tenemos respuestas.
Un refugio de valor en tiempos de baja rentabilidad
Cuando las expectativas de revalorización superan el valor intrínseco de un producto se producen las burbujas especulativas. Está pasando en el mundo de los clásicos.
Sí amigos, la burbuja de precios del automóvil clásico es muy real. La tendencia de precios ascendente comenzaba a finales de la última década del siglo XX, pero su crecimiento ha sido imparable desde que los bancos centrales de medio mundo – desde el BCE a la Reserva Federal de EE.UU. – bajaron los tipos de interés para favorecer el crédito en tiempos de crisis. Estoy hablando del año 2008/2009. Como resultado, las inversiones convencionales han reducido su rendimiento enormemente. Es el mismo motivo por el que las cuentas bancarias apenas tienen rentabilidad actualmente. La bolsa sigue siendo una inversión arriesgada, y por tanto no apta para todos los públicos.
¿Qué tiene esto que ver con el coche clásico? Mucho más de lo que parece. Cuando los productos financieros habituales reducen su rentabilidad, los capitales buscan inversiones alternativas. Metales preciosos como el oro son refugios de valor en tiempos de crisis o baja rentabilidad; por ello la cotización del oro ha pasado