Es por todos sabido que en el Reino Unido las matrículas personalizadas funcionan muy bien. Si has estado en el Reino Unido últimamente y eres observador te habrás fijado en el gran número de matrículas que no siguen numeraciones convencionales. La DVLA británica – el equivalente a nuestra DGT – hace regularmente subastas de placas que cree que van a ser muy cotizadas: muchos individuos están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por lo que consideran claros símbolos de estátus. Hace menos de un mes se han llegado a pagar casi 330.000 euros por una matrícula personalizada en la que se puede leer “KRI5 HNA”.
La propiedad de estas matrículas no se asocia a un coche, se asocia a una persona. Son además matrículas transferibles.
¿Derroche absurdo? ¿Una excelente forma de recaudación para el fisco? Opino que la respuesta a ambas preguntas es sí, con la evidente ganancia fiscal como. En el caso que nos ocupa, la última subasta de matrículas ha sido especialmente exitosa. Las combinaciones de letras y números son registradas de antemano, y cuando muchos motoristas solicitan su interés en una misma combinación se produce su subasta. Una mujer de origen hindú ha sido la ganadora de la subasta por la matrícula “KRI5 HNA”, pagando nada menos que 233.000 libras esterlinas por una simple placa de plástico.
El legado racial hindú es lo que ha llevado a una empresaria de origen indio a adquirir esta placa para un coche que aún no posee. No creo que sea un Volkswagen Polo precisamente. La siguiente combinación – “KRI5 HAN”, una variación – ha alcanzado casi las 100.000 libras. En la misma subasta se han pagado casi otras 100.000 libras por una matrícula en la que se lee “458 S”, que será colocada en un Ferrari 458 Italia, evidentemente. El récord absoluto