Carlos Tavares, CEO de PSA (Peugeot-Citroën), ha descubierto los planes de ambas marcas francesas para arañar ventas en movilidad alternativa. Habrá un nuevo eléctrico, habrá un híbrido gasolina enchufable, incluso sigue en el “aire” la idea de ver un híbrido movido por un grupo hidráulico-neumático… pero de lo que no hay ni rastro es de la tecnología HYbrid4 que estuvo a punto de competir en Le Mans. La apuesta por los híbridos diésel parece que pierde fuerza, tanto como para plantearnos seriamente si estamos ante el fin de este experimento tecnológico.
El futuro próximo habla de híbridos gasolina enchufables como la opción con más posibilidades en un mercado en plena expansión
Cuando PSA descubrió la tecnología HYbrid4, todos los focos se pusieron sobre el grupo francés debido a lo arriesgado de su apuesta en un momento donde mezclar motores eléctricos y motores diésel no era lo más adecuado. Por las condiciones de trabajo que requieren los motores diésel, el funcionamiento en modo híbrido dejaba serias dudas, sin embargo PSA demostró que el sistema era capaz de firmar consumos decentes para 200 CV y un notable desempeño gracias a la tracción de dos trenes independientes.
Pero el argumento que defendía la tecnología HYbrid4 era el de un sistema híbrido económico y poco exigente en cuanto a diseño. Partiendo del motor diésel de 2 litros, las modificaciones se centraban en un alternador sobredimensionado, cablería y un eje trasero que añadía un motor eléctrico y baterías. Este diseño resultaba muy compacto y requería de mínimas modificaciones técnicas, lo cual permitía a PSA lanzarse al mundo de los híbridos.
Pero con la llegada de las nuevas normas anticontaminación y las acciones unilaterales para reducir las partículas y NOx en las ciudades, los motores diésel pierden ventaja frente a los gasolina. El futuro de la hibridación está en la