Ya ha pasado un año y medio desde que Paul Walker, protagonista de la saga The Fast and The Furious, falleciera en un accidente de tráfico. Y aún así siguen surgiendo noticias alrededor de su fallecimiento y su vida realmente sorprendentes. Esta semana los juzgados de California interpusieron una demanda contra Richard Taylor, uno de los socios de Paul Walker, que al parecer en las 24 horas posteriores al accidente del actor se habría apropiado de siete de sus deportivos. Taylor había ayudado a Paul Walker en el mantenimiento de una colección en la que al menos habría 32 coches, de entre los cuales siete están en paradero desconocido.
Según parece, Richard Taylor, socio de Paul Walker y encargado del mantenimiento de su colección de deportivos, se habría apropiado de siete coches tras su fallecimiento.
En la demanda en cuestión se pide a Richard Taylor la devolución de siete coches que eran propiedad de Paul Walker, entre los cuales habría al menos un Porsche 911 GT3 RS de 2011, un BMW M3 de 1995, un BMW M3 de 2008, un Crown Victoria de 2006 y un GMC Truck de 2004. Se sospecha que Taylor se habría encargado de ocultar los vehículos tras el accidente y apropiarse, obviamente de manera indebida, de todos ellos. Incluso, tal y como apuntan algunos medios (The Guardian), se teme que algunos ya hayan sido vendidos.
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Ante esta situación, la demanda a Richard Taylor, y sus socios, solicita la recuperación de los vehículos o, en su defecto, la compensación a los herederos de Paul Walker por el valor de estos (ver demanda en Hollywood Reporter).
Richard Taylor también tendría en sus manos la documentación de otros coches de la colección de Paul Walker, en la que figuraban un BMW M3 de 1991, un Ford Bronco