Resulta imposible hablar de Jean Ragnotti sin mencionar al Renault 5 Turbo, con el que el piloto francés consiguió en los años ochenta, en la era de los espectaculares Grupo B, en citas tan complicadas del calendario como el Monte-Carlo de 1981 y el Tour de Corse de 1982 y 1985. Jean Ragnotti sigue siendo venerado en medio mundo, por su conducción espectacular y su capacidad para redondear curvas, por un estilo de pilotaje con el que siempre era capaz de ganarse al público. Muchísimos años antes de que Sebastian Vettel celebrase sus victorias haciendo donuts, Ragnotti ya había dejado tatuado sobre el asfalto de muchos circuitos su propia firma, la de practicar un giro de 360º tras cruzar la línea de meta, giros como los que utilizó para levantar al público de nuevo en el Festival de Goodwood 2015.
Jean Ragnotti venció en Monte-Carlo en 1981 y en el Tour de Corse de 1982 y 1985.
En la subida de este año, Jean Ragnotti habría retomado los mandos del mítico Renault 5 Maxi Turbo. Y además de hacer a fondo los tramos de la subida de Goodwood, habría deleitado a los espectadores con sus acrobacias, con sus sorprendentes giros de 360º. Giros que vistos desde fuera, y practicados con la maestría de un piloto como Ragnotti, parecen sencillos. Nada más lejos de la realidad. Simplemente basta contemplar la anchura del tramo, o la distancia a la que quedan las protecciones de paja que separan la pista del público, para comprender que hacer algo así es, como mínimo, una maniobra muy arriesgada.
Fuente: Festival de la Velocidad de Goodwood
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