¿Es que ya nada es sagrado? El Ford GT pasa a emplear un motor V6 EcoBoost de 700 CV, y lo puedo entender dado el carácter exclusivo y el halo tecnológico del coche. Pero que el Shelby Mustang GT500 pase a emplear un motor de seis cilindros y turbo es una decisión que no comparto, aunque en lo más fondo de mí, sea capaz de entenderla. Automobile Magazine recoge los rumores que resuenan en los pasillos de Ford: el buque insignia del Ford Mustang perderá dos de sus cilindros para ser más ligero y potente que nunca.
Carroll Shelby se retuerce en su tumba…
¿Por qué sería tan importante un GT500 con motor EcoBoost?
El motor 3.5 V6 EcoBoost se monta también en los Ford GT y las Ford F-150 Raptor.
Porque rompería la asociación de motores V8 y muscle cars. Es posible entender que haya muscle cars de cuatro cilindros y turbo, que se empleen motores V6 en versiones intermedias. Pero el santo grial de las altas prestaciones siempre debe ser un motor V8, y a mayor cilindrada, mejor. Esta es la idea que permanece actualmente en el imaginario colectivo, y es la que Ford podría cargarse de un plumazo. Muchos fans acérrimos no estarían de acuerdo, alegando una notable pérdida de carácter para el pony car de Ford.
Un servidor estaría de acuerdo. Pero un servidor también debe reconocer que el automóvil de altas prestaciones debe evolucionar, pues de lo contrario aún estaríamos usando carburadores o arrancando nuestros coches con una manivela. Un Mustang GT500 con motor EcoBoost sería un escaparate de primer nivel para las tecnologías EcoBoost de Ford, que además del Ford GT también propulsan las Ford F-150 Raptor. El motor sería sensiblemente más ligero que un V8 con compresor volumétrico, y mejoraría el reparto de pesos.
Un GT500 convincente sería