Diez años después vuelve el Honda HR-V, lo hemos probado (parte 1)

Las marcas de coches tienen tendencia a anunciar que son las primeras en todo, así que no es raro encontrar varias marcas que afirmen ser las pioneras en el segmento de los SUV. Este tipo de informaciones hay que cogerlo con pinzas y contrastarlas pero esta vez es para creérselo. Cuando hablamos pioneros en el segmento SUV compacto asfaltizados como marca la actual tendencia y no de todoterrenos venidos a menos, siempre me venía a la cabeza el efímero Honda HR-V. Llegó en 1999 y desapareció en 2005 dejando un hueco en la marca que no se ha cubierto hasta hoy, diez años después. Ese SUV con carrocería de cinco puertas es precisamente el tipo de coche que ahora se vende a puñados, pero en su día fue un incomprendido… o simplemente la oferta mecánica no era acorde a la demanda del público español. El HR-V (Hiriding Revolucionary Vehicle) ha vuelto fiel al concepto inicial pero con más argumentos para triunfar. Para empezar el segmento donde se ubica es uno de los superventas así que pisa sobre seguro. El concepto en su día fue el correcto y hoy lo sigue siendo, pero ahora su oferta mecánica y de equipamiento responde a lo que se espera. Fácil no lo va a tener, sus rivales directos son de la talla del Nissan Qashqai, Mazda CX-3, Mitsubishi ASX y Renault Kadjar entre otros. Pero como debe ser, el Honda busca su hueco con cualidades que ninguno de sus rivales puede ofrecer junto con una estética atractiva que, sin ser revolucionaria, sí tiene identidad propia. Espacioso y muy modulable Una de las grandes virtudes del nuevo Honda HR-V es su espacio interior, en el habitáculo se respira amplitud, principalmente en las plazas traseras. No es el mejor de la categoría en

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