Durante los años 80 y 90 se cometieron en Alemania preparaciones dignas del mundo de los horrores de H.P. Lovecraft. Los diseñadores parecían estar adictos a la cocaína, y los ensanchamientos eran el plan de cada día. Fue a finales de los años 80 cuando un preparador alemán conocido como Schultz creó los primeros Mercedes Clase G con tracción 6×6. El ejército alemán también dispuso de algunas unidades 6×6 de Schultz. El G 63 AMG 6×6 no es ningún pionero, así que conozcamos a la creación de Schultz.
Esta unidad tiene equipamiento digno de una limusina: minibar, televisión, dos aires acondicionados…
En este caso se trata de una preparación hecha sobre la base de dicho Mercedes Clase G preparado por Shultz, que inició su vida como un simple G 500 de cinco puertas y batalla larga. Aunque hasta el pilar C es idéntico al coche de serie, de ahí hacia atrás se añade un eje adicional con un nuevo trozo de carrocería, que lleva su longitud hasta los casi siete metros de longitud. También se ha aumentado la altura del techo, con un nuevo techo que casi permite a alguien estar de pie dentro del coche, aprovechando mucho mejor el espacio.
Ya que este coche inició su vida como un vehículo militar de uso privado – pertenecía a un comandante del Bundeswehr, el ejército alemán – se ha decidido aplicar una buena dosis de tuning para darle un aspecto más… civil. La unidad ha terminado en Rusia, posiblemente vendida a algún individuo con algún tipo de complejo. Sea como fuere, ha sido dotada con neumáticos y llantas off-road y su suspensión elevada unos centímetros. Su frontal y detalles exteriores pertenecen a los Clase G más recientes.
Porque el G 500 del que partió como base no es precisamente reciente: su motor 5.0 V8 desarrollaba