La historia de la semana es difícil de creer, absurda y, ante todo, delirante. La Guardia Civil de Loja (provincia de Granada) habría detenido a un mecánico por instalar un sistema casero para provocar un incendio en el coche de una de sus clientas. El mecánico ahora está acusado de homicidio en grado de tentativa y daños. Y probablemente te estés preguntando, ¿qué llevó a un mecánico a cometer un acto tan peligroso como disparatado? Al parecer la desesperación, tres años de trabajos infructuosos sobre el coche para diagnosticar y reparar una avería que siempre les fue esquiva. Años intentando repararlo, con piezas de desguace, y no conseguir su objetivo. Años en los que el mecánico no pudo cobrar el trabajo por no haber resuelto el problema que inicialmente llevó a esta clienta al taller.
Instaló un sistema de combustión casero, para calcinar el vehículo, que su clienta fuera indemnizada por el seguro, y el mecánico pudiera cobrar los trabajos que realizó durante tres años infructuosos para reparar una avería.
¿Cómo intentó el mecánico hacer que el coche se incendiara? Al parecer habría creado un sistema altamente rudimentario. Según la investigación del caso (ver El Independiente de Granada) el sistema se basaría en una cuerda que se tensaría en el momento del encendido del coche y generaría fricción con unas cerillas, que a su vez provocarían la combustión de unos botes de gasolina escondidos en el parachoques.
¿Qué pretendía el mecánico? En su desesperación, esperaba que el incendio destruyera el vehículo, el seguro indemnizara a su clienta y finalmente pudiera cobrar su trabajo. Todos felices. El problema es que su plan, digno de Pepe Gotera y Otilio, de Mortadelo y Filemón y las mejores historias del gran Ibáñez, no salió bien. De hecho no era la primera vez que lo había intentado.
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