Los neumáticos son uno de los componentes de coste más importantes de un coche, si hablamos de elementos de desgaste. Al contrario que el embrague o amortiguadores, los neumáticos deben reemplazarse con frecuencia, y según el coche que tengas, su sustitución puede costar un buen pico: con neumáticos deportivos, la pieza puede superar los 200 euros. Es importante cuidarlos, y hay malas costumbres que acortan su vida y ponen en peligro tu seguridad, además de tu cartera. Son lo único que une tu coche a la carretera.
1) No vigilar las presiones
Recuerda: cada dos semanas es recomendable que revises las presiones de los neumáticos.
Cae de cajón, pero mucha gente ignora durante meses las presiones de los neumáticos de su vehículo. Una buena regla es revisarlas cada dos semanas, aprovecha un repostaje y compruébalas en la estación de servicio. El problema más habitual es el subinflado – los neumáticos están deshinchados. Nuestro coche consumirá más combustible (gastará hasta un 20% más), será menos estable, y se producirá un desgaste irregular de los neumáticos: los extremos de la banda de rodadura se desgastarán más rápido.
Imagen: Talleres Salinas
Cuando vayas a inflar los neumáticos tampoco te pases: si los hinchas de más el neumático se gastará más por la zona central de la banda de rodadura, propiciando su sustitución anticipada. La presión debe ser la correcta, ni más ni menos. Todos los coches indican la presión necesaria de sus ruedas en el vano de sus puertas o en la parte trasera de la tapa del depósito de combustible. Y si no está ahí, estará en el manual del coche. Por último recuerda que la presión de los neumáticos debe variar con la carga del coche.
Si vas a llevar a muchos pasajeros, mucha carga o un remolque, tendrás que inflar más las ruedas traseras. Sí, es