Sabemos que puede ser divertido, fijaos en los McLaren P1 o Porsche 918 Spyder. Lo que aún apenas tiene representación en el mercado es una berlina deportiva híbrida con una potencia razonable, práctica y divertida a partes iguales. BMW ha querido seguir los pasos del Mercedes C350e Plug-In Hybrid con su nuevo 330e Plug-In Hybrid, cuya configuración mecánica es similar. Un híbrido enchufable premium que ofrece una potencia combinada de nada menos que 252 CV y una autonomía en modo eléctrico de hasta 40 kilómetros.
Un exterior discreto, inconspicuo
El exterior del BMW 330e es muy discreto. Es más, es complicado distinguirlo de un BMW 330d o un BMW 328i, sus rivales más cercanos en potencia y motor térmico. Es más, la única diferencia con respecto a estos es una tapa en la aleta delantera donde se enchufa a la corriente eléctrica y un pequeño emblema en los pilares traseros donde se lee “eDrive”. En su interior, de nuevo apenas un botón en la caja de cambios – que activa el modo 100% eléctrico – diferencia a este vehículo de los Serie 3 convencionales.
Cuatro cilindros y un motor eléctrico integrado en la caja de cambios
Se posiciona a caballo entre los BMW 328i y 330d, con la premisa de un consumo muy inferior.
Al contrario que los BMW i8 o el BMW 225xe Plug-In Hybrid, el BMW 330e no hace uso de un motor de gasolina tricilíndrico. Su motor es un 2.0 turbo que desarrolla 184 CV de potencia, conectado a una caja de cambios automática de ocho relaciones, desarrollada por ZF. Entre el motor térmico y la caja de cambios se ubica un motor eléctrico de 88 CV, con un par motor permanente de 100 Nm. No obstante, es capaz de desarrollar un máximo de 250 Nm durante unos momentos, una especie de