La división deportiva de la marca de la estrella, conocida como AMG, ha anunciado que se encuentra trabajando en el remplazo del motor de cuatro cilindros turbo de 2.0 litros y 380 caballos de potencia que gobierna las alternativas deportivas del Mercedes Clase A, el CLA y el GLA. Los tres deportivos, que en un principio contaban con 360 caballos de potencia, han recibido una actualización hace escasos meses, renovación que ha acabado con los recursos de esta mecánica.
Con la llegada del los Mercedes A 45 AMG, el segmento de los compactos vitaminados se ponía muy pero que muy interesante. El modelo de Stuttgart aterrizaba con un motor totalmente radical que con un cubicaje de solo 2,0 litros y sus cuatro cilindros conseguía desarrollar 360 caballos de potencia y 450 Nm de par. Con estos números el alemán se convertía en el abusón de la pandilla alejándose de sus rivales por derecho. Un corazón que luego utilizarían igualmente el Mercedes CLA 45 AMG y el GLA 45 AMG, el pequeño SUV de la compañía.
Pero la llegada del Audi RS3 y sus 367 CV a esta pandilla de pequeños pero matones dejaba las cosas muy igualadas entre el compacto de los aros y el A 45 AMG. Poco duró este medio empate y es que, en la actualización de la gama, tanto el A 45 AMG como los CLA 45 AMG y el GLA 45 AMG subían de los 360 CV iniciales a 380 CV. Un giro de tuerca que ahora anuncia la compañía será el último, argumentando que la mecánica se ha exprimido y no queda más jugo que sacar.
El mismo Tobias Moers, jefe de AMG, ha declarado, además de lo mencionado anteriormente, que la Fórmula 1 servirá de inspiración en el trabajo del nuevo motor. Los ingenieros utilizarán los conocimientos que emplean