El SEAT Mii es el coche más pequeño de la actual gama de SEAT. Es un urbano, un pequeño coche del segmento A, el heredero espiritual de los Arosa, Marbella y 600. Un coche con unos antecesores a los que no conviene desmerecer. Siguiendo las tendencias de la industria, es más grande y pesado que todos ellos, pero es de los coches más pequeños del mercado. Para saber si es un digno heredero de nuestra estirpe de urbanos, lo sometemos a una prueba de más de 2.000 km. Una verdadera prueba a fondo, cruzando España entera.
Y la primera en la frente. El SEAT Mii no es un coche que podamos clasificar como “español”. Dejad a un lado la estructura de propiedad de SEAT: el SEAT Mii se fabrica en Eslovaquia, junto a los Volkswagen up! y los Skoda Citigo. Los tres urbanos comparten plataforma y la única motorización disponible en la gama: un tricilíndrico de gasolina, sin turbo. Son prácticamente la solución de movilidad más sencilla y asequible – con cuatro ruedas, ojo – que podemos hoy en día adquirir en propiedad y utilizar libremente.
Un coche quizá demasiado serio
El SEAT Mii también se ofrece con carrocería de tres puertas, pero con cinco es mucho más práctico.
Me entregan las llaves del SEAT Mii y acudo a buscarlo a un rincón de la nave donde los SEAT de pruebas están aparcados. El coche es azul marino, y aunque el color no ayude, no consigue arrancarme una sonrisa. A pesar de sus coquetas dimensiones – 3,56 metros de largo en la versión probada de cinco puertas – es un coche que trata de ser serio, incluso sobrio. El frontal es la parte más arriesgada de su diseño, y apenas consigue arrancarme una sonrisa con una discreta calandra y unos grandes faros angulosos.
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