Nos encanta el Porsche 911 GT3. Hemos podido probar este coche de competición que se ha escapado a las calles y nos ha impresionado gratamente. Parte de su encanto está en el sonido de un atmosférico capaz de superar las 8.500 rpm, y parte del encanto es una estética extrema. El alerón es parte de dicha estética rompedora. Y parece ser que algún dueño ha decidido que era buena idea arrebatarle parte de su personalidad a este coche. ¿Qué demonios ha ocurrido?
Dudo que la refrigeración y la aerodinámica salgan beneficiadas de esta modificación.
Como se puede comprobar, no es simplemente una eliminación del alerón, montado sobre la tapa de acceso al motor trasero. Se puede advertir por la posición de la tercera luz de freno: estamos ante un trabajo artesanal que ha debido de costar una buena suma de dinero, especialmente teniendo en cuenta que hablamos de un Porsche 911 GT3 de la presente generación, en la que la versión GT3 no lleva tanto tiempo a la venta.