Nuestro genio multimillonario favorito nos sorprendía la semana pasada anunciando que sería buena idea lanzar bombas termonucleares en los polos de Marte para hacerlo habitable. Elon Musk ha vuelto a ser noticia esta semana, y no por Tesla, sino por su declaración de intenciones: pondrá nada menos que 4.000 satélites en órbita. ¿Qué pretende Musk con esta iniciativa privada, cuyo coste ascendería a 10.000 millones de dólares? El fundador de Tesla habla de una cobertura global de internet de alta velocidad. Y eso sería sólo el principio.
El coste de este proyecto se estima en unos 10.000 millones de dólares. Casi nada.
Actualmente, viven 7.000 millones de personas en el mundo, de las cuales casi 4.000 millones viven en áreas remotas donde no existe infraestructura para la conexión a Internet. Elon Musk pretende cubrir la totalidad del globo con 4.000 satélites de órbita baja, que serían lanzados al espacio – cómo no – con los medios de SpaceX, una de las compañías de las que es propietario y fundador. Este plan no es una utopía: Elon Musk ya ha solicitado autorización para ello a la Federal Communications Commission (FCC) de Estados Unidos.
Google ya ideó un plan similar hace un par de años, con el que estimó que necesitaría 180 satélites de gran tamaño y potencia en una órbita superior para lograr esta cobertura global. Elon Musk ha tomado una aproximación diferente: satélites más pequeños, en más número, en una órbita muy inferior. Los beneficios de una cobertura auténticamente global de internet de alta velocidad – que no necesitaría de costoso cableado o repetidores de señal – son evidentes: hablamos de una nueva revolución en un mundo 100% conectado.
Imaginad las posibilidades de un mundo 100% conectado. Literalmente, 100% conectado.
Pensad en las implicaciones comerciales y culturales. Hasta las aldeas más remotas del mundo