Imaginad por un momento que sois el dueño de una empresa de limusinas y queréis comprar una nueva máquina. Necesitáis algo espacioso, que pueda albergar al menos a 10 personas y que sea capaz de moverse adecuadamente, teniendo en cuenta que el peso de los pasajeros y su carrocería ensanchada puede doblar el peso del coche de partido. Por eso se suelen usar grandes SUV y berlinas americanas, con trenes de rodaje reforzados y motores V8. Por eso nadie en su sano juicio crearía una limusina a partir de un smart fortwo.
La empresa no vende esta limusina, sólamente la alquila para eventos exclusivos.
Todo ha sido idea de una empresa alemana llamada Limouzine y Yilmaz Hür – su creador – que presentará el smart MADEFORSIX en el Salón de Frankfurt en apenas unos días. La base de partida ha sido un smart fortwo de la generación saliente. Al menos han tenido la decencia de aumentar la potencia del tricilíndrico turbo hasta los 120 CV, para mover un eje adicional y el peso añadido de la conversión: pesa 1.950 kilos en total. El trabajo de Limouzine es interesante y parece bien rematado, pero estéticamente es… personal, y el producto resultante es ilógico.
Es ilógico porque es una limusina que pasa de medir 2,69 metros a medir 5,5 metros, poco más que un Mercedes Clase S de batalla larga, para hacernos una idea. Y como máximo puede albergar a 6 personas en su interior, contando las plazas delanteras. Para tener seis plazas, hay muchas furgonetas que pueden tener una disposición de asientos idéntica, con mucho espacio e idéntico o superior lujo. En cualquier caso, en el interior de esta limusina se pueden encontrar comodidades dignas de berlinas de representación.
Asientos tapizados con gusto, un minibar con abundantes botellas caras de champán, iluminación de discoteca, pantallas