3,5 millones de unidades vendidas desde su primera generación es, en datos, el éxito del Toyota Prius. Se ha convertido en el sinónimo de coche híbrido y ha sido el encargado de popularizar esta tecnología que, con el paso del tiempo, parece que será el futuro más seguro. Ahora llega el Toyota Prius 2016, una nueva generación que pretende llevar un paso más allá su concepto y, de nuevo, volver a la cúspide de los coches ecológicos.
Su aspecto es lo que más llama la atención a primera vista. No es que el Prius haya sido nunca un coche discreto, pero esta vez las claves de diseño se han agudizado. Las formas de la carrocería responden a la teoría Kammback de eficiencia aerodinámica, una zaga cortada y completamente vertical con una luneta trasera partida. Es 6 centímetros más largo, 1,5 centímetros más ancho y 2 centímetros más bajo.
El frontal es más agresivo con unos grupos ópticos más afilados, una parrilla fina y muchas líneas de diseño puntiagudas. Atrás sorprende el tamaño de los pilotos, y es que vuelven a coger el formato vertical, extendiéndose hasta casi los bajos del paragolpes. Habrá que ver cómo responden a los clásicos golpes y roces de aparcamiento. Las llantas, por su parte, tendrán nuevos diseños aerodinámicos.
El interior es más continuista. Mantiene los valores propios del Prius actual pero moderniza su aspecto con mayor tecnología, como la gran pantalla del sistema multimedia en la parte central. No se olvida Toyota de un aspecto futurista con el gran tablero de a bordo colocado en la parte superior en posición central. Lo que no tiene razones para cambiar su aspecto es el clásico selector del cambio.
A pesar de todas estas novedades, el Toyota Prius 2016 es más espacioso que su antecesor. Se debe, además de a un mayor